LA CANCHA GIGANTE, ESTILO BRASILERA
Las cosas como son. Quien quiera oír que oiga. A no desgarrarse las vestiduras. Nosotros también tenemos aquello mismo que proponemos, a veces desde el desconocimiento, combatir... ¿A dónde queremos llegar con tanto palabrerío? Pase y lea.
Ponemos el grito en el cielo cuando un equipo argentino, club o Selección, tiene que viajar a jugar en la altura. Y sin embargo, el Torneo del Interior, el Argentino C, tiene partidazos en La Quiaca, Jujuy, a 3.442 metros sobre el nivel del mar. Entonces, chito la boca.
Claro que, a la hora de la queja y/o el temor, también tenemos otro recurso para fastidiarnos en condición de visitante y hablar y hablar y hablar y hablar en las previas a la hora de cruzarse a las tierras de Xuxa y Pelé: la extensión de las canchas brasileñas. Y sin embargo... Sí, acá también tenemos de ésas. ¿Dónde? ¿Y dónde va a ser? En el glorioso Argentino C...
¿Te parece grande la de San Lorenzo, 110 metros X 70? ¿Y la de Vélez, 105 X 70? La Bombonera acusa 105 X 69; el Cilindro y el nuevo Libertadores de América un metrito menos de ancho. Ni nos metemos entonces con el metraje de Argentinos, Olimpo u All Boys si nos quedamos en el Fútbol de Primera. Lo cierto es que a 145 kilómetros del Congreso Nacional, en Capitán Sarmiento, hay algo nunca visto. Bah, nunca visto por acá...
Sobre el 402 de la calle Daimo Bojanich se encuentra el estadio del Club Social y Deportivo San Carlos, con capacidad para 1.500 espectadores, y casa del último campeón de la Liga Deportiva de San Antonio de Areco. En su plantel, con grandes chances de volver el fin de semana tras una operación de vesicula, se encuentra Mario Escudero, el Roly, aquel campeón con el Bambino Veira en el San Lorenzo de 1995. Pues bien, esta institución de 1.200 asociados, que tiene el hockey sobre césped como segundo deporte, y tiene un importante peso en la comunidad (tiene colonias de vacaciones, para la tercera edad, un colegio, apadrina un hogar de niños), además posee un distintivo. ¿Un escudo? ¿Una bandera? No necesariamente. Tiene todo eso y más. "Nuestra cancha debe ser, sin dudas, la más grande de todo el Torneo del Interior", le jura a Olé el arquero Alejandro Porcelli, un ex San Miguel de Cachín Blanco y Blas Giunta, y ligas inferiores de Estados Unidos". ¿Habrá exagerado? Hmm. Parece que no.
"Ahora mide 110 metros de largo por 75 de ancho. Pero porque la achicamos un poco. Hace poquito tenía 112 X 76", nos informa Miguel Guarneri, entrenador de San Carlos, coordinador deportivo del club, e hijo de uno de los socios fundadores de esta institución nacida en 1941. "La tuvimos que achicar porque cuando empezamos a tener equipos menos competitivos, los espacios eran más grandes y nos sacaban diferencias. Cada uno que venía a jugarnos nos decían 'uh, qué cancha gigante que tienen...'", dice.
El equipo fue invitado a jugar la zona 70 del Argentino C y, medio de apuro, dieron el sí y ahora están pagando las consecuencias. Los mejores del grupo, que también integra Pioneros, el equipo de reclusos de las Unidades 21 y 41 de Campana, son Camioneros de Luján y Everton de La Plata. San Carlos, hoy, hace lo que puede...
"Metíamos dos líneas de cuatro y los volantes por afuera terminaban como wing y los delanteros se cerraban. Así, y con un ataque muy explosivo, salimos bicampeones y a los rivales, que con suerte se entrenaban dos veces por semana, se les hacía imposible ganarnos. Hoy nosotros lo hacemos cuatro veces por semanas pero muchos equipos son semiprofesionales y con el doble turno te sacan ventaja, a pesar de la cancha", agrega Mugieri, quien en su particular hogar perdió 3-1 con Mutual UTA (Luján) y el domingo cayó 2-0 ante los platenses. Igual, a pesar de los resultados, "el terreno está bastante lindo, eh. Mejor que muchas canchas de la C y de la B, je", bromea. ¿Y si le alquila la cancha a los equipos Coperos para que se entrenen sin chistar?
