LA ULTIMA GAMBETA DE “LALO” MANTARAS
No tuve la oportunidad verlo jugar, pero dicen que más allá que le pegaba con las dos piernas, tenía una zurda prodigiosa, que tenía una gambeta impredecible, y más allá de su baja estatura contaba con un salto que no perdonaba a la hora de cabecear en el área rival. Jugó en Alvear y Unión Progresista de la ciudad de Villa Angela en las épocas de oro junto a sus hermanos, y hasta mostró sus destrezas en el fútbol guaraní jugando para Nacional de Paraguay. Hace unos años con mi padre nos cruzamos con un hombre que al escuchar mi apellido me pregunto que relación tenía con Eduardo Mántaras y al decirle que era mi tío, me contó que ”estuvo a un paso de pasar al fútbol brasileño y vestir la camiseta del Botafogo en una década donde no era fácil acceder a ese mercado futbolero. Pero el amor fue más fuerte y esa posibilidad quedó de lado para formar una familia”.
Me contaron, lástima no lo pude ver, que le marcó dos goles a Roma cuando Boca Juniors visitó la ciudad. Dicen que los ojos del gran arquero xeneize se hicieron enormes al ver la forma que se elevo el “pequeño gigante” para cabecear la pelota. Si hubiese estado en aquella tarde, si hubiese tenido la oportunidad de relatar aquel gol, como lo hubiese gritado!!!
Sí, tuve la oportunidad de compartir en mi niñez los mejores días de verano, las vacaciones, en la casa de mi tío “Lalo”, y hasta verlo patear algunos penales en los torneos de barrio.
Ayer, 20 de julio, justo en el día del amigo se fue “Lalo” Mántaras y una tristeza enorme embarga mis sentimientos y un grato recuerdo llena mi mente. Él como otros tantos, con humildad pasaron la vida con perfil bajo sin esperar un reconocimiento del fútbol, pero que bueno hubiese sido haberlo homenajeado en vida.
No tuve la oportunidad de verlo jugar, pero si disfrutarlo como tío. Lo que sí estoy seguro, es que ahora debe estar pegándole con esa zurda subido a alguna nube, compartiendo algún partido con su hermano “Dumbo”. Y quizás, más que seguro, haciéndole un nuevo gol de cabeza a Roma. Te extrañaremos tío “Lalo”.
Marcelo Mántaras